“Hay un sólo tú en todos los tiempos”

¿Cómo entendemos al cuerpo en la danza?

En el lenguaje de la danza la herramienta expresiva es el cuerpo en movimiento y en quietud. Pero ¿cómo entendemos al cuerpo? Para responder esta pregunta es necesario diferenciar el concepto de cuerpo y organismo, que nos facilita la psicomotricidad.

Un organismo es un ser vivo completo, capaz de funcionar de forma independiente, es decir, un ser vivo individual y completo: la dimensión anatómica. Sin embargo, el cuerpo es la estructura física del ser humano caracterizada por la percepción, emoción, afectos y relaciones. El cuerpo, a diferencia del organismo, es una construcción social cargada de afectividad. Es el primer canal de comunicación del ser humano. En nuestro cuerpo se inscribe nuestra historia personal y colectiva.

El cuerpo como biografía viviente

Una vez establecida esta diferenciación, podemos decir que en las artes del movimiento el intérprete baila desde su corporalidad, poniendo en juego sus pensamientos, emociones y características físicas específicas. Baila el cuerpo como encarnación de la biografía del sujeto.

Otra noción proveniente de la psicología que abona a esta línea de pensamiento es la del ser humano como un ser bio-psico-social, y podríamos agregar: inserto en un contexto económico y cultural específico.

Entonces, el cuerpo que danza es un cuerpo con experiencias y huellas que hacen posible la singularidad del movimiento.

La danza propia según Patricia Stokoe

La búsqueda de la danza propia, tal como la menciona Patricia Stokoe —bailarina y pedagoga argentina, creadora de la Expresión Corporal— implica encontrar una forma única de bailar. Pero para llegar a ella, es necesario transitar un camino de investigación e introspección: reconocer cuáles son nuestros lugares comunes en el movimiento, así como nuestras fortalezas y debilidades tanto en la técnica como en el aspecto expresivo.

Asì como nuestra forma de caminar o de hablar es única, también lo es nuestra manera de bailar. Incluso cuando realizamos una coreografía simultánea, existen distintas formas de realizar los movimientos y de habitarlos; maneras que son particulares y propias de cada intérprete.

Técnica, identidad y profundidad expresiva

Como profesionales de la danza, tanto como bailarines como docentes, es importante ser conscientes de esto y entender que incluso la técnica es apropiada de forma singular.

Nuestra danza es una forma artística de manifestar nuestra identidad, quiénes somos, nuestros deseos y nuestras luchas internas.

Objetivar nuestro cuerpo, pensarlo sólo como una herramienta ejecutora, es vaciar de profundidad, conflicto y emoción nuestro hacer en danza. En palabras de Martha Graham: “Hay una vitalidad, una fuerza vital, una energía, que fluyen a través de ti en acción, y como hay un sólo tú en todos los tiempos, esta expresión es única. Y si la bloqueas nunca existirá a través de otro medio y se perderá.” 

Elisa Delgado
Profesora y Licenciada en Composición  Coreográfica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *